El
próximo lunes 5 de marzo en la sala B del Teatro Capitol se
realizara una Mesa redonda alrededor del problema hídrico debido a
la sequía y la situación actual de nuestra cuenca hidrográfica.
En
Murcia, sabemos bien que las sequías son habituales, pero en
realidad son un fenómeno consustancial a toda la península ibérica.
Los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) demuestran
que el año hidrológico 2016-2017 ha sido seco en amplias zonas del
norte y centro de la península. La sequía no es una característica
exclusiva del Levante o del Sur peninsular. Además, el
cambio climático está provocando que las sequías sean más
frecuentes y más intensas.
De
esto hay que extraer dos lecciones: la primera es que tenemos que
dejar de pensar en las sequías como un fenómeno extraordinario o
imprevisible, integrándolas en la gestión en normalidad climática.
La segunda es que no hay regiones a salvo de las sequías, así que
todos - y en todos los territorios - tenemos
que adaptarnos al cambio climático y aprender a necesitar menos
agua.
Pero
los datos de la AEMET también ponen de manifiesto otra cosa: En el
año hidrológico 2016-2017 hubo sequía en el norte y centro
peninsular, mientras que en la cuenca del Segura llovió por encima
de lo normal en dicho periodo. Pues bien, a pesar de esto, el
indicador utilizado en el Plan Especial frente a la Sequía de la
cuenca del Segura (PES) señalaba el estado de Emergencia por Sequía.
¿Cómo es esto posible? La explicación es sencilla: el indicador
que usa el PES mezcla la sequía meteorológica (que llueva menos de
lo normal) con el hecho de que existan unas demandas muy por encima
de las aportaciones, de forma que aunque llueva lo normal, los
embalses pueden estar prácticamente vacíos, que es justamente lo
que ocurre en la cuenca del Segura. Hay que destacar la excesiva
demanda del regadío, que se bebe el 85% de todo el agua disponible,
dejando tan sólo un 15% para todo lo demás: abastecimiento,
mantenimiento de caudales ecológicos y usos industriales y
turísticos.
Es
evidente que en Murcia esta situación no está provocada por la
sequía (lluvia inferior a la normal) y por tanto la solución no
puede basarse en medidas de emergencia sino en una gestión más
sostenible del agua. Más
embalses y trasvases no son la solución
definitiva porque no hay excedentes de agua en ningún sitio
(tendríamos más obras pero no más agua), porque los ciudadanos
están reclamando de forma creciente y en todas partes unos ríos,
manantiales y acuíferos en buen estado y porque estamos obligados a
cumplir la Directiva Marco del Agua, garantizando unos caudales
ecológicos adecuados entre otros aspectos, si queremos evitar
posibles sanciones europeas.
¿Cuál
es la solución? Tenemos que pasar de las políticas de oferta (más
embalses y trasvases que no tendrán agua) a la gestión de la
demanda, reduciendo el consumo en todo los sectores y sobre todo en
el regadío, que ha crecido de forma insostenible y aún lo sigue
haciendo (como demuestran las permanentes denuncias de nuevas
roturaciones y regadíos ilegales en la Región de Murcia).
Tenemos
que primar un regadío de calidad y no de cantidad.
Necesitamos un plan para la sostenibilidad ambiental del regadío,
eliminando perímetros irregulares, reduciendo la demanda para
regadío y evitando que contamine (el Mar Menor lo agradecerá). Esa
es la solución frente a la sequía que necesitamos en la Región de
Murcia: el regadío sólo
tendrá futuro si es sostenible
y se adapta al cambio climático.