Hace
4 años que miles ciudadanos de a pie, se hicieron políticos, para
hacer políticas dirigidas hacia las vecinas y vecinos. No se trata
de sustituir unas élites por otras. Éstas, que hacían y deshacían
sin importarles más que ellos mismos, han vuelto a encortar el
camino del poder. Estaremos siempre ahí para dar la batalla eterna
por la dignidad frente a los que quieren pisotearla.
Hace
cuatro años, en una asamblea en el parque Príncipe de Asturias de
Cieza, nació Podemos Cieza, unos meses antes, en un teatro de
Lavapiés (Madrid), nació Podemos. Un día de enero tal y como
estos, pero hace cuatro años, Pablo Iglesias, junto a un reducido
grupo de intelectuales y activistas, lanzaron una hipótesis llamada
Podemos.
En
esa época teníamos a un alcalde que ahora esta Imputado, un pueblo
sumido en la tristeza e indignación de políticas sin rumbo, un Rey
que viajaba matando elefantes, mientras gran parte de su pueblo vivía
la peor crisis económica de las últimas décadas, y Rubalcaba era
Secretario General del PSOE, y el bipartidismo seguía pareciendo
inexpugnable. Dijimos que cuando se acaban los caminos es cuando
verdaderamente empieza el viaje. El PSOE y el PP se empeñaban en ser
demasiado parecidos, e Izquierda Unida creía que le bastaba esperar
para recoger los pedazos. Aunque la Constitución era imposible de
reformar (ese era el discurso), la cambiaron con nocturnidad y
alevosía, cambiaron el artículo 135 para priorizar el pago de deuda
a la necesidad de la gente. El 15M, tan grande y luminoso, ya no
preocupaba a las élites y era el momento de hacer algo.
En
estos cuatro años, España ha cambiado. No solamente porque Podemos
esté gobernando en muchos de los ayuntamientos más importantes de
España, en Madrid, Barcelona, Santiago, Coruña, Cádiz, Rivas, o
con acuerdos de gobierno como es el caso de nuestra localidad, Cieza,
y además siendo más eficientes, y no solo por el hecho de que lo
hacemos sin robar, sino porque lo hacemos mejor.
Como
ha dicho Echenique, cuatro años después Podemos ha crecido a
golpes, sin perder la memoria de a qué vino. Hemos tenido debates
internos duros pero el partido no se ha roto, para disgusto de las
empresas de medios de comunicación. Se ha demostrado que somos una
fuerza que se parece mucho a los españoles y que por eso a veces es
espectacular y otras veces decepciona. Podemos tiene muchas caras
nuevas y afanes originales, y que conste que no se trata de
sustituir a unas élites por otras, se trata de dar la batalla eterna
por la dignidad frente a los que quieren pisotearla.
Nuestra
moral provine de saber que nuestra causa es justa, de confiar más en
la decencia e inteligencia de nuestro pueblo y de la responsabilidad
de dar un paso adelante cuando sabes que millones de españoles lo
están pasando muy mal o ven el futuro con mucha preocupación,
mientras los afortunados ricos se hacen cada año más ricos y una
“banda de ladrones” gobierna para ellos desde las instituciones
de todos, el Gobierno del PP.
Tras
el fracaso en Catalunya, en Podemos hemos hablado de volver a
empezar. Como bien dice Monedero, es bueno caerte de vez en cuando,
porque te levantas más humilde, más sabio y con más fuerza.
Podemos siempre fue solamente una herramienta, de lo que se trata es
de empuñarla para que sea útil, porque pese a todo, merece la pena
luchar sin perder la sonrisa.
Diariamente,
se dedican ríos de tinta y horas y horas de radio y televisión (con
honrosas, pero aún minoritarias excepciones) a mentir, manipular y
difamar a nuestra alternativa de cambio real; pero sí cuidar y
masajear sin descanso a las “alternativas” de cartón-piedra que
no van a tocar ni un ladrillo del chiringuito que las élites tiene
montado, mientras ocultan informaciones como se oculta que el
Tribunal de Cuentas no sepa de dónde vienen nada menos que un millón
de euros de la financiación del partido cuñado del PP, Ciudadanos,
y que parece que ahora se está llevando todos los votos del corrupto
PP y los parabienes de las oligarquías (incluidos los de Aznar y
Felipe González).
Y
cuatro años después, a pesar de todo, la Esperanza debe vencer al
Miedo, y la esperanza en otra política, sigue siendo posible porque
nosotros, que no somos el 15M,pero sí nacimos de ese movimiento
social y político, mantenemos la idea, utópica y revolucionaria
para muchos, de que mejorar las condiciones de vida de los españoles
es una tarea demasiado hermosa como para no querer que se cumpla.
Sí
se puede.