Llevamos
un par de semanas en las que la Región de Murcia es noticia
destacada en todos los telediarios y periódicos a nivel nacional con
motivo de estar acusado de prevaricación, fraude y malversación en
lo que se ha dado en llamar caso Auditorio, que afectan a la figura
del Presidente de que en teoría representa a todos los murcianos.
Ante esto, yo, como murciano que soy me siento avergonzado.
Porque,
quien en teoría me tenía que representar, es motivo principal de
escándalo, por ser el primordial encausado de este nuevo chanchullo
en el que una vez más, nos están robando el dinero que es de todos
para enriquecerse unos pocos. Y este “representante” de todos los
murcianos nos está cubriendo con el manto de su falta de honradez,
de su falta de escrúpulos al no cumplir con su palabra dada,
llenándonos de vergüenza y siendo el hazmerreír de España, por lo
que debe dimitir de una vez por todas, dejando de avergonzarnos a los
murcianos al pensar que semejante individuo es nuestro máximo
dirigente regional y portavoz de la región ante distintos estamentos
nacionales e internacionales.
Porque de nuevo, un dirigente
del PP, partido al que se le llena la boca de regeneracionismo y
trasparencia, olvida las cosas que sucedieron bajo su mandato y
responsabilidad, respondiendo continuamente al magistrado “no sé”,
“no recuerdo” (esos casos de amnesia colectiva en cuanto pisan un
juzgado se lo tenían que mirar) o el actual “eso es cosa de los
técnicos”, como nuevo mantra, en sustitución de “eso lo llevaba
mi marido”.
Además, resulta que el
arquitecto del ya famoso Auditorio de Puerto Lumbreras, D. Martín
Lejarraga, que cobró esta obra sin terminarla, dirigió también
otras obras importantes como el Campus Universitario de Lorca, las
rehabilitaciones del antiguo Hospital de Marina y del Cuartel de
Antígones, el Museo y Centro de Arte de Blanca y bastantes obras más
en toda la Región por un montante de 100.000.000 de euros. Eso es lo
que se llama un buen amigo. Pero eso no es todo. Aquí en mi pueblo,
en Cieza, también realizó la emblemática obra del Convento –
Biblioteca, y elaboró un proyecto en el aparcamiento ¿municipal? de
la Esquina del Convento, en el cual iban reflejados una zona wifi,
una sala de estudio y una salida tapada a la esquina del Convento.
Aquí también tenía amigos, por lo que se ve.
Para
evitar seguir con esta situación, surge entre diversas
organizaciones sociales y personas particulares la necesidad a nivel
regional de demostrar que los murcianos ni somos así, ni estamos
dispuestos a que semejante individuo nos represente para nada,
evitando el escarnio a que estamos sometidos últimamente y se crea
la Plataforma Anticorrupción de la Región de Murcia, que convocó
una manifestación, a la que asistí, pensando que no seríamos
muchos los asistentes. Pero mi sorpresa, y mi orgullo de ser murciano
fue que éramos miles, con una numerosa representación ciezana, los
que manifestamos nuestra repulsa y petición de dimisión a Pedro
Antonio Sánchez, y que a pesar de las palabras de otro capitoste del
PP, Martínez Maíllo de que “la sangre no llegaría al río en
Murcia”, como si se estuviera representando una función teatral,
los murcianos demostramos que somos gente digna, que queremos un
Presidente decente que cumpla con su palabra y dimita librándonos
del oprobio de estar representados por semejante personaje,
incidiendo en el manifiesto final en lo indecente de la politización
y manipulación judicial y defendiendo que la mejor arma contra la
corrupción y la ignorancia es la democracia, la transparencia y la
participación.
Antonio Segura Martínez. Militante de Podemos Cieza.